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Letras

Algunos ejercicios narrativos, en proceso

Autorretrato

Cuando chica quería ser mariposa, chica hasta como los 12, tuve la suerte de que mis padres arrendaron por años casa con patio grande, era mi bosque y selva, a esa edad en que el contacto con la naturaleza es todo, mi vínculo se forjó desde la casa y los paseos a la playa.

 

Años después, como para responder algo más serio a la inquietud adultocentrista sobre el futuro profesional, decía que quería estudiar astronomía. Ya en media, un profe se encargó de convencerme que la física era solo para hombres, al explicar un ejercicio demasiado fácil decía que incluso era apto para nosotras, las mujeres, reafirmando pequeñas misoginias normalizadas durante la adolescencia. 

Casi terminando el colegio, dedicaba muchas horas a las clases de Artes Visuales y puntaje en mano, decidí estudiar para ser profe, paradójicamente en cada encuesta vocacional eliminaba tajantemente cualquier oficio que implicase socialización constante.

En la carrera vuelvo a encontrarme con el menosprecio adultocentrista pero desde otra arista, un profe que no estaba de acuerdo en desarrollar nuestro lado artístico porque iba en desmedro de la labor docente, el problema es que ese ser no entendía que no hay una sin la otra, es una integridad.

 

Hoy puedo decir que soy artista, aunque me costó años darme cuenta y aún no lo digo con seguridad, espero que mi hija no herede esa inseguridad y pueda cuestionar todo para que ella si pueda volar libre… como mariposa.

2021

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Diario

DÍA 199

Viernes 12 de septiembre 2021

 

9:30 am, Sofi despierta sonriente pidiendo yogurt, yo, una vez más, cansada. Me pregunta si estoy contenta, sonrío para no decepcionar.

 

Sirvo quince gramos de cereal con leche de soja, un yogurt sin azúcar y noventa y tres gramos de frutillas sobre la mesita que pusimos dentro de la carpa improvisada, en el living de la casa prestada en el Maule.

 

Mi agenda dice que tenía otros quehaceres esta semana, pero decidimos escapar al bosque con Sofi y familia, por primera vez.

 

Doscientos cincuenta y seis marca el Hemoglucotest, cuatro unidades de Tresiba y tres de ultra rápida Novorapid. Examen, 

inyectar, alimentar y alimentarme.

 

Pasado el mediodía armamos unos sándwich de tofu palta y cargamos lo esencial en la camioneta. Comenzamos a subir por un camino de ripio que rezaba “Solo Residentes”. Paramos en un lugar al lado del río para almorzar. 

13:00 pm, ciento setenta y seis marca el Hemoglucotest, inyecto dos UR, Sofi solo maúlla y no quiere comer las lentejas que pidió, pasa media hora sin probar, comienzo a inquietarme, M ofrece ayuda, tomo la cámara y me alejo unos metros para 

fotografiar unas flores y abejas. 

Al mirar la escena desde los matorrales veo que la 

convenció para comer directo del plato como un gato. Me relajo, no habrá hipoglucemia.

 

Continuamos subiendo en la camioneta hasta la entrada a la cascada. Ochocientos metros, “Dificultad media” 

reza el cartel de entrada, bastante empinado, con una niña - gato de tres años y un adulto mayor solo pienso en la subida. 

 

Abajo se acaba el sendero, cruzar el río, rocas y la cascada, bella. La aventura prometida.

 

17:00 pm doscientos treinta marca el Hemoglucotest, sigue alta, corrección con dos coma cinco UR, barra de cereal sin azúcar, leche en caja, un tercio de plátano a la orilla de la laguna, espero haber calculado bien, espero que la caminata no le haya subido las cetonas. 

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Antes de cruzar el río de vuelta vemos un lagarto, mediano, no reconozco la especie pero comienzo a fotografiar, es tarde y está helado, 

empezamos a subir y Sofi quiere ir en brazos, la 

cargo un rato, se baja, caminamos, se sube, me canso y espero en el suelo agotada, comprende y caminamos de la mano.

 

Vamos cantando al bosque, saludando al litre, identificando robles, quillayes y arrayanes, el cansancio parece irse con la melodía improvisada. 

 

Llegamos a casa, busco en el libro para identificar al lagarto, era un gruñidor del sur, directo al Pokédex.

 

20:00 pm, ciento veintisiete del Hemoglucotest, por fin normal, doy uno coma cinco UR, se come las lentejas en la carpa improvisada con los peluches y la linterna, a dormir.

Metabólica

Extracto del Fotolibro Metabólica, 2023

DÍA 0

Martes 27 de abril del 2021

 

Luego de dos meses en cuarentena total, con 57946 casos activos, Valparaíso se encuentra en fase dos de la cuarentena por pandemia Sars COV-2 iniciada a finales del 2019. Fuera de los consultorios de la ciudad se hacen filas para realizar la toma de PCR además se ha dado inicio el proceso de vacunación con primera dosis para personas entre 46 y 45 años y embarazadas con comorbilidad específica.

 

Sofi con dos años y cinco meses muestra cierta inactividad frente a sus juegos favoritos, inapetencia y alimentación selectiva desde hace ya dos días. La maña aumenta cuando salimos de visita, después de dos compotas de fruta, Sofi se acuesta en el sillón y sólo quiere dormir, son las 17 hrs. Nos vamos con Sofi en brazos, después de varias horas de sugerencias y recomendaciones con tono un tanto autoritario de los presentes.

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Al llegar a casa sigue durmiendo y transpira con la respiración entrecortada, no tiene fiebre pero una corazonada nos lleva al Cesfam que queda a la vuelta. Ahí nos hacen pasar rápido entre todas las personas haciendo fila para un PCR.

 

Sólo llevo un pañal en la mochila, no esperaba estar ahí más de una hora. Al entrar a la pequeña sala quedamos apretujadas entre dos camillas las paredes están adornadas con stickers a medio despegar; le hacen exámenes de rutina, temperatura, con bajalenguas para observar la garganta, auscultación cardiopulmonar, todo para descartar Covid; describen otros síntomas a la enfermera para lograr un diagnóstico, nada. De pronto y luego de varios minutos de llanto que no permitía oír sus pulmones, a la paramédica se le ocurre tomar el examen de glucosa, el hemoglucotest marca quinientos ochenta y tres.

 

Indica que es grave, que hay que ir ahora al hospital, que hay que esperar la ambulancia, que debe ser debut de diabetes, se va; contención; al rato vuelve, “confirmado” dice, tiene que ser diabetes. Sofi aún llora luego del pinchazo en su dedo pequeño, otro pinchazo en el brazo izquierdo, sonda para el suero, pinchazo en el brazo derecho sonda para exámen de sangre, mucha huincha para inmovilizar los brazos. Subo a la ambulancia tomando su mano. Ya está de noche afuera.

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Suelto la mano de Sofi al bajar de la ambulancia, M nos está esperando y lo abrazo un momento fugaz en la entrada. Pasamos a la sala de urgencias y las paramédicas explican algunas cosas de pasada, la enfermera toma varios exámenes de sangre, de orina, más hemoglucotest, conectan el suero en su brazo. Busco en el teléfono alguna información de pasada. 

 

La suben a UCI, tomo su mano en el ascensor, le explico que tienen que hacerle un examen, que no me dejan pasar, que volveré pronto, hasta ahí llego. Tras esas puertas grandes de metal, me despido tratando de tranquilizarme al dejarla en otras manos que la puedan tratar. Son las 23 hrs. y corre el toque de queda desde hace una hora, espero con un nudo en la garganta, suelto y salgo. 

***

DÍA 1

Miércoles 28 de abril del 2021

 

Dormida, recostada sobre un costado con su cara hinchada. Un trozo de cartón y cinta adhesiva le mantiene ambos brazos estirados. Una sonda con suero en el izquierdo y otra con transfusión de sangre en el derecho. Un tubo transparente con oxígeno dirigido a las fosas nasales con cinta adhesiva en sus mejillas.

Una bata de pijama que no reconozco y un pañal de otra marca. Con contención en ambos tobillos, amarrada a los bordes de la cama ocho, en la sala compartida de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica, estaba Sofi.

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